El conocimiento de tu equipo empieza por el tuyo propio
Cuántas veces, a lo largo de estos años nos hemos enfrentado al desarrollo de directivos que nos transmiten una única preocupación: «Quiero aprender a desarrollar a mi equipo». Y ¿cuál suele ser el problema más habitual en estos casos? Que intentan solucionar sus problemas «hacia fuera» y no «hacia dentro». Me explico.
Yo soy de la opinión que es imposible conocer y desarrollar las habilidades de los demás si no somos capaces de realizar un verdadero autoanálisis de nosotros mismos, y esta no es una labor sencilla… Para ello es imprescindible contar con métodos que nos ayuden en esta ardua tarea, pero sobre todo que nos den una visión lo más objetiva posible. Por eso, desde hace unos años, venimos utilizando una herramienta denominada MBTI (Myers Briggs) que ha sido utilizada por miles de directivos en todo el mundo para dar el que considero es el primer paso para poder conocernos a nosotros mismos y a las personas de nuestro equipo.
Todos tenemos unas preferencias naturales en nuestra vida, sirva de ejemplo cómo cada uno de nosotros organizamos nuestro día a día, el modo en el que actuamos, cómo preferimos recibir la información o tomar las decisiones…
Cuando tenemos el conocimiento de nuestras preferencias y las de los componentes de nuestro equipo podemos liderar desde una posición de mayor confianza y seguridad en nosotros mismos. Dicho de otro modo, sabemos qué tecla tocar en cada una de las situaciones.
El MBTI nos da una perspectiva que describe las diferencias entre los miembros de nuestro equipo y, a su vez, nos ayuda a entender y comprender a las personas con las que trabajamos para complementarnos y, por tanto, trabajar de una forma más eficaz.
Como decía una persona que ha sido para mí una referencia profesional: “Somos diferentes pero estamos condenados a entendernos”. Y cada día le doy más razón a esa afirmación.
Debemos tener claro que este es el camino más complejo por lo que respecta a la gestión de personas, ya que conlleva un paso previo de autoconocimiento personal, pero hay que recordar que los caminos fáciles ya suelen estar andados por otro antes, y cuando llegas al final del mismo no hay ningún tesoro esperando, se lo llevó el que pasó antes que tú por ahí. Por el contrario, el camino hacia nuestro mayor autoconocimiento estará lleno de zarzas, maleza y muchos impedimentos, pero estad seguros de que el premio final merecerá la pena.
Podéis ver este artículo publicado en Diario de Navarra.
Saludos Me encanta el artículo que acabo de leer muchas gracias por publicar este contenido tan original sobre consultoría con todos nosotros, saludos os sigo leyendo
Muchisimas gracias Juan Luis por tu comentario. Me alegra mucho que nos sigas. Un saludo