Hoy queremos añadir una nueva entrada a nuestro blog acerca de un artículo que nos ha parecido muy interesante y perfectamente aplicable en muchas de las experiencias de «aprendizaje».
Desde pequeños nuestro modelo de aprendizaje se ha focalizado más en mostrarnos las cosas que hacemos mal para que no las repitamos. Cuando nos corregían los exámenes, pintaban de color rojo en qué habíamos fallado para que lo viéramos claramente. ¿No pensáis que eso era algo frustrante? Hoy en día, muchas veces en nuestro entorno laboral pasa algo parecido: nos dicen, nos hacen saber aquellas cosas que no hacemos bien pero, ¿y si le diéramos la vuelta? ¿Por qué no sería mejor, en vez de ver en el examen en color rojo lo que habíamos puesto mal, comprobar lo que habíamos puesto bien? ¿No pensáis que quizá tendríamos una visión general mucho más amable?
¿Por qué no enseñarnos las cosas que hacemos bien para repetirlas? Hagamos una reflexión acerca de nuestro día a día, ¿cuántas veces decimos a alguien las cosas que hace mal, y las cosas que decimos que hace bien, que nos gustan?
Que te digan lo que haces bien es gratificante, te sube el ánimo y te hace ver las cosas de diferente manera.
¡Pongámoslo en práctica!
Este es el artículo al que hago referencia: El método del bolígrafo verde
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