Con la llegada de la generación del milenio se han producido grandes cambios en el entorno laboral. Ha nacido un nuevo concepto: el salario emocional. ¿Qué significa? Un “sueldo” que no se traduce en cifras sino en sensaciones y emociones. Hoy hablamos con Yolanda Esteban, nuestra impulsora de ideas, sobre wellness (bienestar) corporativo hoy tan de moda y cómo repercute en el clima laboral.
1. ¿Qué es el clima laboral?
El clima laboral determina la forma en que una persona percibe su trabajo, su desempeño y los condicionantes de su nivel de productividad y satisfacción. En términos emocionales, se diría que el clima laboral representa estado de ánimo de la organización. Este estado de ánimo está condicionado por muchos factores y estos son percibidos e influyen de diferente forma en cada una de las personas que trabajan en la empresa: condiciones de trabajo, comunicación interna, compromiso y sentido de pertenencia, relación entre los trabajadores, etc.
2. ¿Salario emocional o salario económico? ¿Qué prioriza hoy un empleado a la hora de buscar un trabajo o el quedarse en su puesto?
En términos de clima laboral, el salario económico es un factor de satisfacción y el salario emocional es un factor de motivación. Cada vez es más habitual que los trabajadores, independientemente de su retribución económica, no se encuentren satisfechos en su puesto de trabajo. Por este motivo, desde los departamentos de Desarrollo de RRHH cada vez son más comunes las políticas que inciden en conocer la situación de cada persona y valorar la implantación de medidas que mejoren el nivel de flexibilidad, autonomía o refuercen el crecimiento o desarrollo de cada persona en su puesto de trabajo. Al fin y al cabo, el salario solo determina una parte de la percepción, por lo que hay que incidir en otros factores para aumentar el nivel de compromiso y productividad del personal.
3. ¿Qué ha ocurrido para que cuestiones como crecimiento profesional, conciliación familiar y laboral, motivación, escucha o compañerismo, entre otras, tengan tanta importancia?
La sociedad ha cambiado. Hace 20 años se priorizaba el esfuerzo, el poder, la estabilidad, el estatus y muchas personas no se planteaban tanto cuestiones relacionadas con su formación, su flexibilidad, su nivel de autonomía, su equilibrio personal o su necesidad de aportar…. Hoy en día, en general, se priorizan de forma notable estos últimos aspectos.
4. La felicidad en los empleados ayuda a generar un clima laboral favorable. ¿Cómo se puede identificar una empresa que goza de un ambiente positivo?
Cuando entramos en una empresa tenemos que percibir que la empresa sonríe, pero esto se ve en las conductas y los comportamientos de cada una las personas que forman la organización. Por eso, aunque su medición es compleja, algunos indicadores de que la organización goza de un buen ambiente de trabajo son el nivel de estabilidad del personal, el nivel de absentismo, el número de iniciativas de mejora, el porcentaje de promociones internas, de participación en acciones de formación o el cumplimiento de objetivos.
5. En caso de que haya que mejorar el clima laboral, ¿qué debería hacer una empresa? ¿qué cuestiones debería implementar o cambiar?
Depende del momento y de la situación en que se encuentre la empresa pero algunas acciones podrían ser permitir que el personal se forme, facilitar la formación interna, compartir opiniones y recoger sugerencias, fomentar un ambiente de colaboración o intercambio, comunicar las expectativas y los resultados obtenidos, crear espacios de trabajo abiertos o impulsar acciones que fomenten el equilibrio entre las necesidades personales y laborales.
6. Desde Oniria, ¿cómo trabajáis el clima laboral con las empresas?
Nuestro trabajo en ONIRIA está muy orientado a facilitar esta percepción a nuestros clientes. La mayoría de ellos son conscientes de que las nuevas incorporaciones tienen valores y prioridades diferentes a los del personal con mayor antigüedad. Desde Oniria, fomentamos que la empresa otorgue cada vez más importancia a estas cuestiones y trabaje en acciones que repercuten positivamente en el nivel de compromiso, participación y motivación y satisfacción de todo su personal, es decir, en el clima laboral y en la imagen y nivel de atracción de la organización.
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