Se suele decir que las personas son el activo más valioso que tiene una empresa, si bien la realidad de muchos “comportamientos empresariales” no suele ser acorde a esta afirmación. El talento de los profesionales es la savia que fluye por las entrañas de las empresas, ayudando a que las compañías prosperen en su misión. Por eso, invertir en el desarrollo profesional y crecimiento personal de los empleados es hoy un requisito indispensable para alcanzar el éxito en cualquier organización.
Desde Oniria Consulting somos unos convencidos de estos planteamientos y no sólo los aplicamos internamente, sino que, además, queremos compartir algunas de nuestras reflexiones o buenas prácticas a implementar para invertir en una cultura empresarial que fomente y retenga el talento de sus mejores profesionales:
1 I FORMA A TU EQUIPO
El 78% de los españoles cree que las empresas deberían invertir en la formación continua. La formación comienza a ser una asignatura obligatoria para las empresas. Las compañías deben pensar en un plan de formación, por ejemplo, en las bonificaciones para realizar cursos presenciales o digitales, talleres o seminarios sobre conocimientos técnicos (nuevas tecnologías) y otras habilidades: liderazgo, adaptación al cambio, motivación, gestión de equipos, etc.
Como resultado de la formación, se logra crear un equipo más motivado, eficiente, con conocimientos reciclados y actualizados, con una mayor adhesión y confianza en la marca, menor sensación de estancamiento profesional y un aumento de su permanencia. Por su parte, la empresa consigue ser más productiva, fortalecer su imagen de marca tanto interna como externa, y convertirse así en una opción más atractiva para atraer el talento del mercado.
A este respecto, siempre nos ha gustado una reflexión de Henry Ford: “Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan… No formarlos y que se queden”
2 I COMUNICA Y ESCUCHA A TU EQUIPO
Una empresa debe establecer los canales necesarios para impulsar una comunicación fluida, horizontal entre los profesionales y que facilite la interacción de los empleados con sus superiores. Una comunicación que permite al equipo proponer nuevas ideas, expresas sus opiniones, fortalecer el trabajo en equipo e incrementar la creatividad.
La compañía también debe comunicar de forma interna las novedades y la actualidad de la empresa, siendo así clara y transparente con su plantilla, y logrando que el equipo se sienta una pieza clave.
En cuanto a la escucha, esta es una herramienta para la mejora del funcionamiento de la empresa, por ejemplo, como vía de identificación de problemas, necesidades u oportunidades. Tu equipo se sentirá escuchado y valorado aunque la solicitud parezca mínima.
3 I VALORA Y CELEBRA EL ESFUERZO DE TU EQUIPO
La empresa debe establecer unos objetivos individuales a cada profesional, que mantendrá al empleado motivado siempre que estos sean SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo determinado). De esta manera, se logra la implicación y constancia del equipo en la consecución de estas metas.
El reconocimiento de los avances que realizan los profesionales es imprescindible para que estos se sientan valorados y apuesten por seguir mejorando en su trabajo. Las promociones internas pueden ser una adecuada recompensa al esfuerzo. Tanto es así que el 54% de los empleados muestran interés en obtener una promoción en su trabajo actual. La empresa evita así las rotaciones de personal y retiene el talento, y el profesional siente que es un activo fundamental, incrementando su sentimiento de pertenencia a la empresa, y por tanto, reduciendo las posibilidades que abandone.
4 I CREA UN ENTORNO DE TRABAJO APROPIADO PARA TU EQUIPO
Los profesionales valoran cada vez más que una empresa cuente con buen ambiente, un espacio para el relax, una buena infraestructura y disposición de material tecnológico adecuado.
Por nuestra parte, hemos concedido especial importancia al proyecto de conceptualización de nuestro nuevo espacio de trabajo.
Además, la empresa debe tener en cuenta una serie de factores que ayudan a tener un buen clima laboral como los plazos y la aceptación del error.
Las prisas nunca son buenas y, aunque en ocasiones existen tareas urgentes que deben realizarse con mayor rapidez, es importante que no se convierta en una costumbre que termine por sobrecargar a la plantilla. La planificación es fundamental para evitar este problema.
Por otro lado, el equipo debe tener libertad de probar distintas opciones y de equivocarse. La empresa debe entender que los errores son un camino de aprendizaje, consiguiendo que sus profesionales mejoren y pongan en práctica nuevas mejoras. Si estos errores son “castigados”, los empleados no se atreverán a probar nuevas opciones y terminarán por quedarse estancados.
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